Es muy común sufrir por creer que
nuestra pareja nos ha lastimado, pero la verdad es que nunca nadie te puede
lastimar. Aun en esos casos, en que no parece posible salvar a la pareja de una
condición de culpabilidad, aun en esos casos, nunca nadie te lastimó.
En las relaciones de pareja, más que en ningún otro tipo de relación, se presenta la
posibilidad de comprender que somos invulnerables a daño alguno ocasionado por otra persona. Aunque en la infancia se dan estas situaciones, es en la relación de pareja donde tenemos la verdadera oportunidad de comprender que esto no es posible.
Siendo niños, no tenemos las referencias
necesarias para defendernos de algún mal trato, de algún tipo de abuso o de algún
cuestionamiento que genere una herida profunda. Cuando somos niños no tenemos más
alternativa que vivir aquellas situaciones en que dependemos emocionalmente de
aquellas personas que nos rodean, particularmente los padres. Empero, cuando
adultos, tenemos todas las herramientas para entender que disponemos de la
capacidad de modelar nuestra vida, de seleccionar nuestras relaciones, de
atraer aquello que nos hace bien y de comprender que somos libres de cualquier
daño emocional.
¿Por qué no utilizamos esas
herramientas en la vida adulta?, porque no hemos aprendido a que tenemos acceso
a ellas. Las personas que se sienten afectadas y dolidas debido a las actitudes
o acciones de sus parejas, generalmente son aquellas que han sufrido heridas
del mismo tipo en su infancia y que no han tenido acceso a sanar adecuadamente
cuando sus facultades ya pueden hacer esto posible. Entonces se crea un círculo
vicioso que no les permite tener la neutralidad, la claridad y la sabiduría
para resolver sus situaciones actuales que se encuentran firmemente ancladas a
esas emociones arrastradas desde la infancia.
Una persona adulta tiene la
posibilidad de comprender el sentido que pueden tener esas experiencias de
infancia para superar aspectos muy profundo que acarrean una gran lección de
vida. Una experiencia de abandono puede traer una gran evolución a la vida de
una persona si esta recibe el mensaje de que puede valerse por si misma y que
también tiene derecho a moverse según sus preferencias. Una persona con herida
de abandono, piensa y siente que no puede valerse por si misma, que no puede
volver a crear relaciones y volver a restablecer su vida. Piensa que todas sus
parejas le abandonan, extrapolando su experiencia pasada hacia su futuro.
Una de las mayores posibilidades de trabajar estos
aspectos se presenta en las relaciones de pareja. La relación de pareja se
puede convertir en la más maravillosa herramienta sanadora de grandes heridas arrastradas
de infancia.
Pero, demasiadas veces sucede, que al
enfrentarse esos desafíos emocionales generados en los conflictos de pareja, se
tome aquella postura errada de culpar a la otra persona de todos los
sufrimientos experimentados. Esta figura de culpabilidad es responsable de que
los conflictos continúen sin resolverse y que además se puedan transformar en
grandes divisiones al interior de la pareja, que muchas veces genera el termino
de la relación, cargando con mas heridas a veces mas profundas que las que
habían originalmente.
La culpabilidad, los cuestionamientos,
las críticas y juicios contra la pareja jamás te permitirán resolver ningún
problema en tu relación y lejos de ayudar a superarlos, se obtiene justamente
el efecto contrario. Puedes seguir encontrando el mismo problema hasta que no adviertas
cual es la verdadera solución a tu problema.
Es verdad que todos estamos en proceso
de mejorar, de madurar y ser cada día mejor y es valorable que deseemos eso también
para la pareja. Pero todo perfeccionamiento nace del centro del corazón de cada
individuo. Si ese deseo de cambio no ha nacido en tu pareja, no puedes exigir
que sea creado, solo puedes invitar al cambio, pero nunca demandarlo y
exigirlo.
En las leyes naturales no existe el reclamo.
Todo crece y evoluciona en base a una perfecta armonía. Si la armonía en tu
relación no ha sido posible hasta hoy, difícilmente podrás esperar que existan
cambios que la mejoren y la hagan evolucionar a nuevos estados de más felicidad
si no comprendes que tienes una herida que sanar. Tus reclamos y quejas solo
pueden permitir dañar aun más la relación y asegura que te sigas sintiendo
herido de amor.
Tu herida de amor no tiene relación
con lo que hace, dice o no dice tu pareja. Tiene que ver con tu evolución
personal. Tu pareja es el espejo que muestra tu herida y eso puede tornase una
bendición si descubres qué hacer con ese reflejo.
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