Cuando estableces una hermosa relación
con la pareja de tus sueños experimentas un estado maravilloso de bienestar y
plenitud que es difícil describir con palabras. Sin embargo, pocas veces estos
sentimientos son sostenibles en el tiempo en forma indefinida, ya que la gran
mayoría de las parejas se encuentra en algún momento enfrentada a los desafíos
de las diferencias que comienzan a presentarse
entre ambos, sin estar preparados para superarlas.
entre ambos, sin estar preparados para superarlas.
Es muy difícil que las diferencias no
se manifiesten. La flecha de Cupido nos embarga de fuertes y agradables
emociones, suficientes para impedir ver claro y dejándonos en un estado de
idealización que tarde o temprano llegará a su fin. Además, debido a que todos
somos tan diferentes, es muy difícil encontrar a una pareja que pueda cumplir con las detalladas
condiciones que cada uno anhela encontrar en su pareja.
Es natural que cada integrante de la
pareja sea diferente en muchos aspectos, en aquellos que no se pudieron
observar al inicio de la relación o que fueron observados sin la debida
atención dejando que pasaran sin tomar conciencia de su presencia y sin medir
los efectos que tendrán en la relación a largo o mediano plazo. Pero el tiempo
de convivencia se encarga de hacer que aquellas diferencias comiencen a
mostrarse en algún momento y es allí donde se origina la primera dificultad que
la pareja tendrá que enfrentar.
Debido a que comúnmente buscamos una
pareja con la intención de que nos complete, que cubra nuestros aspectos más
débiles o que nos aporte lo que pensamos que nos falta, esta etapa de desenmascaramiento
se puede transformar en un desafío que supera nuestra capacidad de
entendimiento y nuestra capacidad para comprender lo que está sucediendo.
El dolor de la desilusión de no haber
encontrado lo que pensamos, nos hace sentir con el derecho a reclamar a la
pareja la necesidad de ajuste que creemos necesaria que haga para cumplir el
deseo de alcanzar la tan anhelada
estabilidad y felicidad.
Aun no es común buscar una pareja
para compartir lo que somos, para crecer a su lado, para tener la posibilidad
de realizar los aprendizajes aun no completados. En la mayoría de los casos, pensamos
que nuestra pareja tiene la obligación moral de hacer las modificaciones para
ajustarse a nuestras necesidades y no somos capaces de comprender que todos
estamos en camino de completarnos.
Dejar esta tarea a la pareja es una actitud
que no puede dar buenos frutos. Ninguno de nosotros crece o se desarrolla al
nivel que es requerido por su pareja. Todos estamos creciendo a nuestro propio
ritmo y la pareja solo puede acompañarnos en este proceso. De la misma manera
nosotros podemos acompañar a nuestra pareja para que lo haga a su propio ritmo,
respetando su actual nivel de conciencia, aceptando y honrando el lugar donde
se encuentra hoy.
Después de la luna de miel, vienen
los primeros inconvenientes que pueden partir con algunas pequeñas muestras de
desunión. Si prestas atención a estas pequeñas presencias, podrás tener la
oportunidad de hacer las correcciones antes de que las cosas se compliquen
demasiado, facilitando todo el proceso. Si sigues culpando o responsabilizando
a tu pareja de todo lo que esta sucediendo, es posible que las cosas se sigan complicando,
porque no está allí la fuente del problema.
La fuente del problema siempre estará
en la evaluación, en la graduación o en el juicio que haces sobre tu pareja y nunca
estará en el nivel en que ella se encuentre. Te podrá parecer que tu pareja se
encuentra mucho menos elevada que tú, pero eso es solo tu apreciación
subjetiva. No es posible hacer comparación de quien está mejor o peor, cuando
todos vamos transitando el mismo camino de aprendizaje.
Comprender que todos tenemos la
necesidad y el derecho al tiempo suficiente para reconectarnos con nuestra
perfección innata, es la clave de todo entendimiento al interior de la pareja.
Unos pueden ir mas adelantados en algunos aspectos, pero en otros seguramente
aun queda mucho trabajo por hacer. ¿Quién puede tirar la primera piedra?
El que tira la primera piedra será el
que mas se queje, debido a que está haciendo un juicio sobre el otro. Será este
quien comenzará a crear la primera distancia física y energética, el que
comenzará a plantear y exigir soluciones y el que puede establecer condiciones
de todo tipo que nunca lograran dar resultados favorables.
Para no sufrir el desencanto que
viene después de la luna de miel, tendremos que tener la plena claridad de que
nuestra pareja no es perfecta. Si lo fuera ya no estaría aquí. Así estaremos mas abiertos a comprender,
aceptar y colaborar al crecimiento de ambos y obtendremos el tan anhelado
triunfo del amor.
Sesiones programadas de 1 a 12 meses.
Puede realizarse en forma presencial o virtual
A veces la vida te presenta situaciones difíciles de superar para ti, en
las áreas de salud, económica y/o relaciones. Sabes que estas situaciones las
creas tú, pero hasta la fecha no has podido comprender, como es que las estas
creando, no encuentras una salida y te gustaría que alguien pudiera explicarte
como salir de allí.
Patricia
González.
Tu
Coach para realizar los cambios que deseas
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